sábado, 30 de abril de 2011

Adolfo Schlosser - obras resucitadas-



Hace un par de meses, Marisol, decidió desmontar su antigua casa y con ella el taller de Adolfo; tarea dura e ingrata por muchas razones, tanto logísticas, como emocionales; desmontar una casa siempre es duro, pero desmontar el taller de un escultor, además de duro es algo complicado, pues aparecen restos y más restos, infinitos restos con los que no tienes muy claro que es lo que hacer; herramientas, materiales... incluso ideas, ideas que flotan en ese espacio generador de vidas algo apaciguado por el paso del tiemo.
La forma en que Marisol ha llevado a cabo este "deshacer" ha sido de todo modo artística y motivo seguro - eso espero- de una entrada aparte; todo ha sido lento, pausado, saboreando cada paso dado, cada nudo deshecho, cada momento vivido. Y siempre con la idea de dar nueva vida y nuevo emplazamiento a cada objeto, por más pequeño que este fuera. Me comentó que pasara por el taller y recogiera lo que me pudiera servir, pues ciertamente había diversos materiales que podrían resultarme útil para mis trabajos y lo que en principio iba a ser una pita, acabó siendo mi coche lleno de cosas; entre todos estos materiales recogí dos piezas inacabadas de Adolfo, que por su grado de elaboración decidí terminarlas respetando en todo momento , tanto la idea como la técnica de su realización, y este ha sido el resultado.



Esta pieza, realizada sobre una piedra de granito, se encontraba en un estado avanzado de gestación, tenia el betún ya esparcido y marcadas las lineas de dirección;

Eso si, sucia del tiempo y deteriorada por varios golpes, una de esas pieza que dices:bueno aquí la dejo, ya la acabaré;


y ese ya la acabaré se posterga, y se posterga, durante días, meses y años......


Hasta que llega un momento, un día, - porque tiene que ser así- en que recobra la vida olvidada


Paisaje de Islandia, Granito,cera, hollín,resina. 65x34x12 cm.

Seguramente esta pieza pertenece a la serie realizada en 1982; con la misma temática y la misma técnica.


En lo concerniente a la siguiente obra, puedo decir que se encontraban los cantos rodados ensartados de forma desordenada en un grueso cable de acero, a modo de cuentas de un collar, sujetos en un extremo por un clavo que hacia de tope del cable.


En principio pensé en colgarlo del techo sin más, pero al llevarlo a mi taller y mirarlo con atención, me di cuenta de que tenían un orden, no podía ser de otra manera,


aunque había un par de piedras que no encajaban del todo; fue fácil, unos pequeños ajustes, una pieza de fijación sustituyendo el clavo y una pequeña peana,


Y.... aquí esta.


S/T cantos rodados,cable de acero y chapa de hierro. 46x24x15 cm

Una de las constantes a lo largo de la obra de Adolfo, es la de configurar la estructura de muchas de sus esculturas, mediante la tensión producida por un cable, hilo, cuerda o similar, normalmente esto queda expuesto a la vista del espectador, sin embargo hay dos piezas en la que esta tensión es oculta: "Don Genaro" 1995. Pita, piedra, y cable de acero 115x330x190cm y la aquí presente.


2 comentarios:

CLUB HONOBONO dijo...

Estimado Federico, soy Pedro Pablo. No nos conocemos, pero ayer sábado yo estuve a la puerta de la casa de Adolfo y Marisol. Estuve en compañía de Susana Botana después de que Teresa Vázquez no diera las indicaciones precisas para llegar allí.

Es curioso y, al mismo tiempo, no sé por qué no me sorprende en absoluto, casi ha llegado a resultarme habitual: llegas a un sitio, buscando el rastro de alguien y una mujer está senatada al sol, rodeada de sus gatos de colores, acompañada por su equilibrista pintado, obra de un amigo... como si te estuviera esperando, gustosa de enseñarte su estudio, y resuelve todas tus dudas. La casa bajo el manzano en flor, la reciente mudanza, el aliento de un creador que aún flota entre sus compañeros.

Fue un regalo. Ya es casi habitual, pero no por eso la forma en que ocurren las cosas ha perdido su magia. Ni mucho menos. Llegas a un sitio...

Un abrazo.

Federico Gómez dijo...

Hay veces que la vida te muestra caminos fáciles y agradables, y parece que tu sueles encontrarlos, me alegra, un abrazo.