miércoles, 17 de diciembre de 2008

Cuando se pierden las referencias


La luna se hacia presente hasta en los rincones más insospechados; era una luna hermosa, llena, grande , plateada; inmensa luna invernal: Durante buena parte del día y todo el anterior, el cielo había descargado abundantes copos de nieve que iban cayendo como livianas plumas sobre el suelo; estos copos habían transformado este en un manto blanco uniforme y denso y reforzaba de manera inquietante la luminosidad de la luna.




Parecía que hubiesen encendido millones de bombillas de luz blanca que transformaban la oscura noche en una noche con una claridad casi deslumbrante donde cualquier otro tipo de iluminación quedaba sin duda amortiguado.


De este recuerdo de una noche de invierno allá por la década de los ochenta me queda la sensación de luminosidad y la de descubrir un paisaje con la ausencia de referencias, sentir como los objetos cotidianos del paisaje: árboles, casas, farolas, etc. surgían del suelo, como si de setas se tratase, sin apreciar ningún tipo de unión con el terreno donde se emplazaban y han tenido que pasar cerca de veinte años para poder disfrutar de nuevo estas sensaciones.







No resulta fácil, ni común (salvo en lugares de alta montaña) presenciar una copiosa nevada, que anule por completo las referencias físicas más comunes a las que nuestros ojos y cerebro están acostumbradas; normalmente percibimos los objetos que nos rodean acompañados de referencias visuales, que aunque no las hagamos significativas no por ello dejan de existir, es más , propician una visión global que hace que unos objetos se arropen con otros; así una casa no es solo la casa, sino la acera, el asfalto de la calle, el bordillo...y todos aquellos elementos que la rodean.






La farola o el banco, no son solo un objeto exento, sino que esta sujeto a la realidad a través de los matices que hacen posible que se integren en nuestros pensamientos como un elemento de un conjunto; la farola o el banco están ligados a la realidad por los tornillos que los sujetan al suelo, y a su vez estos se unen a los edificios mediante el pavimento, así de esta forma se van generando los paisajes mediante la unión de distintos elementos.









De la misma forma, el árbol, no nace exclusivamente de la tierra él solo, sino que va acompañado de hierbas, plantas, trozos de madera o piedras de distintos tamaños que nos hacen percibir a ese elemento como algo integrado en el terreno. Cuando la nieve cae en una cantidad considerable, todos esos elementos referenciales, desaparecen y se presentan ante nosotros objetos o seres de un tamaño intermedio de forma aislada pero dentro de un entorno en el que no se adivinan los nexos de unión; la percepción de este fenomeno resulta cuando menos chocante,y para mí resulta como si los objetos brotasen expontaneamente como las setas aludidas anteriormente. Por todo ello, bienvenidos los días que alteran de una forma u otra nuestra visión - siempre circunstancial- de la realidad.






sábado, 29 de noviembre de 2008

Volver otra vez

Hace aproximadamente dos años, que deje la educación, y me centré en la escultura, al principio, no fue fácil ;echaba de menos el contacto con los chicos, las ilusiones humanas... aunque la creación y el trabajo con los árboles mitigaban esa ausencia. Durante este paréntesis, si algo he aprovechado ha sido el tiempo: he realizado dos exposiciones individuales, he participado en cuatro colectivas, he editado un par de catálogos, he presentado varios proyectos, a mi juicio interesantes, he participado en cuatro concursos y he realizado bastantes obras, amen de otras cosas que se me quedan en el tintero, asi es que si miro hacia atras no puedo dejar de sentirme satisfecho; pero también y fundamentalmente el tiempo en relación con mis hijos; he estado mucho más pegado a ellos, estoy viviendo su vida mucho más intensamente, y he descubierto, que son el amor de mi vida, que sus miradas, sus besos, sus abrazos, son la gasolina que me hace funcionar. He descubierto, lo que es el amor verdadero, aunque me asalte la duda, de si no sera un amor egoísta, pues como dice una compañera de otro blog, "sus sufrimientos son nuestros sufrimientos, y sus frustraciones son nuestras frustraciones"y esto es muy cierto, pero aun así, sigo pensando que es algo muy grande. También observo que las relaciones entre los sexos cruzados, es decir: madre -hijo y padre- hija, son muy especiales ,aunque ya se que no descubro nada nuevo, pero no es lo mismo leer a Freud que sentir esas relaciones en tus propias carnes.
En definitiva puedo decir que este tiempo ha resultado muy, pero que muy satisfactorio y considero que debe seguir siendo el modelo a seguir; no quiero pensar en el futuro, todo lo más, en el año que viene -que ya esta planificado- el resto ya se verá, quiero sacar el máximo provecho del presente, de estos momentos de los que sí tengo la certeza de que no volverán, saborear las cosas sin prisas y sin temor; por eso entre otras cosas vuelvo una temporada a la educación, esta vez con niños pequeños, de 0 a 5 años, como mi pequeña Gara, de la que tanto aprendo y vuelvo con muchas ganas de sentirme bien con ellos; también tengo la certeza, de que esta trilogía: hijos-escultura-educación son los caminos de mi vida.

viernes, 14 de noviembre de 2008

El peso de los apellidos

A veces uno piensa que el trabajo bien hecho, es lo que legitima de cara a obtener una valoración en el entorno laboral, pero ete aquí, que no , que ahora se ha descubierto el peso del nombre o apellidos de quien trabaja, y no, no me refiero a llevar el pesado apellido de una familia ilustre, sino a destacar o no según suene bien o no la firma de la obra. Según unos estudios realizados ultimamente resulta que es más fácil alcanzar el reconocimiento para aquellas personas que tienen un nombre u apellidos poco comunes, que para aquellos mortales que arrastramos sin saberlo el peso de la vulgaridad; así, triunfará mucho antes un Pier Delasuan, que un Pepe Pérez. Y, si, es cierto y no parece hacer falta muchos estudios para eso, pues desde hace mucho tiempo numerosas personas , sobre todo del ámbito artístico actúan bajo otros nombres, o firman bajo seudónimo.
Maldita sea , osea que uno se empeña en hacerlo lo mejor posible y ahora resulta, que eso no es suficiente.Me viene esto a la cabeza después de recibir un correo con los artistas seleccionados en un concurso de cierto prestigio de la comunidad de Madrid.
Ahí van los nombres:
Laurence , Susanne , Lisa , Iñaki , Josep Maria , Jean-François , Gustavo , Pablo ,Lara , Teddy , Gelitin , Apolonija, Sarah , Manuel /Anna , Yves , Javier , Wade , Annemarie , Matthew , Hernani , Gloria , Fausto, Menosmegas, Izibene , Logela, Iván , David , , Salvatore e Iñaki .
Si los nombres no son muy comunes salvo alguno, vean estos apellidos:
Bonvin, Bosch, cheung, Larrimbe, Martín, Prost, Romano, ValbuenaAlmarcegui, Cruz, Sustersic, Boothroyd, Calurano, Raimondo, Coussement, Diez-Ena, Matthews, Steinvoort, Verdon, Villaseñor, Zein, Grossi, Oñederra, Logela, Elgea, Furallefale, Tutti y LÓPEZ.
López, si, López ha aparecido un López, un extraño apellido entre tanta familiaridad. Por otra parte me pregunto si es que la convocatoria se ha realizado en el extranjero, si no hay creadores españoles - sin que esto se entienda como una exclusión o discriminación hacia nadie- o si nos hemos vuelto tan cosmopolitas que ya no quedan apellidos tradicionalmente españoles.
A todo esto, hay que mirarle el lado positivo, ya que tengo unos amigos, excelentes pintores y artistas plásticos, que aunque ahora no se comen un rufus, estoy seguro, que por sus apellidos llegarán bastante lejos, me refiero a Pablo Schugurensky y Silvina Socolousky y por encima de ellos a su pequeña Gabriela Schugurensky Socolousky.
Yo humildemente estoy condenado al ostracismo:Federico Gómez Álvarez, aunque estoy comenzando a pensar en llamarme : Zimmer Homelet.
Por último, quisiera dejar claro, que la opinión vertida anteriormente no supone ningún juicio de valor contra nadie, se llame como se llame y provenga de donde provenga.
Salud.

lunes, 13 de octubre de 2008

La puerta del agua

El agua tiene una puerta: El suelo la recoge, recorre un laberinto subterráneo de multitud de raíces, asciende por el tronco hasta perderse en un mar de verdes hojas. De allí ....... al cielo.




"La puerta del agua"

170 x 45 x 45 cm.

Pino silvestre.




















Un lugar ...mágico

Existen lugares mágicos, apartados, solitarios, vivos en la ausencia. Por la razón que sea hay lugares que despiertan en los sentidos una alerta especial que permiten captar sensaciones fuera de lo común, uno de estos lugares lo conocí , o mejor dicho me lo enseñó, mi padre, en la década de los sesenta; un fin de semana, nos cogió a mi hermano y a mi, nos monto en la vespa con sidecar y nos regalo un viaje del que solo guardo recuerdos puntuales, pero muy intensos, tan intensos que alguno ha flotado sobre mi cabeza hasta estos días, en que por fin he logrado ajustar todos geográficamente.





Recordaba, unos cuerpos gigantescos de paquidermos prehistóricos, yacentes y semienterrados, bajo una especie de garaje con techado de uralita situado en mitad de la nada, entre campos cultivados; recuerdo agua, cascadas de agua y estanques cristalinos donde se podían observar las evoluciones de las truchas; una casa absolutamente increíble albergada dentro de una roca, pero no , no se trataba de una cueva,sino de una gran piedra en la que a base de trabajo de, cincel, de pico y pala había sido convenientemente vaciada, y excabadas dentro dependencias, habitaciones y hasta estantes; recuerdo por último un bello pueblo, que más que pueblo, parecía una villa medieval anclada en el tiempo.





Por las razones que sean estos lugares, sobre todo la notable villa la he visitado a lo largo del tiempo en varias ocasiones, siempre de forma fortuita y aunque es pequeña y se recorre en muy poco tiempo, cada vez que he vuelto, he encontrado rincones y sitios que anteriormente no había visto, o recapacitado sobre ellos.



La villa, se encuentra situada en lo alto de una meseta, desde la que se divisan diversas vías de comunicación; en su día este motivo debió ser un argumento de primera magnitud para ser codiciada por diferente civilizaciones, de tal forma ,que podemos encontrar restos romanos, árabes, y por fin medievales donde el tiempo por cansancio optó por parase para tomar un respiro y que hoy afortunadamente parece que todavía no ha vuelto a echar a andar, más bien decidió que quien quisiera gozar de la velocidad humana, debería bajarse de la mesetilla y asentarse en el valle, al lado de lo que en su día pudo ser una calzada romana luego una carretera nacional y en la actualidad una autopista .







Una vez parado el tiempo, comieza a surgir esa otra vida, que consiste simplemente en permanecer mientras los días pasan viendo como nace el sol y como despuntan las estrellas, sintiendo los días de frías nieblas y los azotes de las lluvias sobre los escudos blasonados que parecen proteger las viviendas , amén de las tórridas jornadas de verano; la vida asciende por los muros abandonados es paradójico que la vida de un lugar se aprecie a través de la muerte de sus edificios y que el tiempo parado, se ponga en marcha cuando somos capaces de ensoñar una historia inventada con la que hacer realidad esas callejuelas o plazuelas.







Al finalizar mi última exposición ( Bosque... luego existo) en la galería Dionís Bennassar, Miguel Tugores me propuso la posibilidad de llevar alguna pieza al Palacio Ducal, lugar que en parte ha sido rehabilitado para darle un uso de carácter artístico y cultural , ofreciendo una serie de espacios o salas expositivas bien concebidas; ciertamente no lo pensé dos veces, y aunque las piezas no han sido pensadas para ese lugar en concreto y no tienen un hilo de conexión entre ellas, he tratado de mostrar tres piezas con contundencia, una de ellas (Burka) si parecía estar predestinada al lugar que ocupa, pues este es una sala de planta cuadrangular pintada toda ella de negro, circunstancia esta que sin dudar potencia la pieza tanto en su aspecto formal como conceptual.








"Nogal" 235 x 35x 35 cm.
Madera de nogal / 2004

















"Burka" 240 x 40 x 30 cm

Cedro del Atlas / 2007








"Las tres Gracias" 230 x 40x 40 cm.
Cedro del Atlas / 2006



Esa maravillosa villa de la que he hablado, no es otra que Medinaceli, Soria.











































Cuando la Naturaleza se desnuda






Tapado el objeto de deseo

tras el intenso follaje de árboles y arbustos,

escondido, íntimamente escondido,

acunado por el susurro

de la cercana fuente,

apenas insinuado, desde la curva

de una sinuosa carretera,

permanentemente protegido

por dolorosas espinas,

aquellas largas varas de zarza

que sus manos tejieran
el pasado el verano.
Ahora el nido se perfuma de otoño

y

poco

a poco

como si de un estriptease se tratara,

comienza a mostrarse

acompásado,

por la caída de las hojas.






Todo ello,

cuando la naturaleza se desnuda







Humildemente: Zimmer, -guardian de la locura.-
Instalación realizada por Lucia Loren.








































sábado, 9 de agosto de 2008

Bosque...luego existo. Composiciones y recomposiciones

Todo comenzó cuando me planteé una pieza que tenia que salir del corazón de un tronco de fresno; aserré el tronco verticalmente, y quedaron como sobrantes dos magníficos costeros de unas buenas dimensiones; cada vez que veía esos costeros sentía una especie de llamada de atención que me obligaba a reflexionar sobre alguna posible actuación; en varias ocasiones pensé hacerlos leña para la estufa, pero había algo que me impedía hacerlo. ¿Por qué desechar una parte importante de ese árbol, si me había ofrecido su corazón para mi deleite?, entonces pensé que lo más justo, seria volver a reconstruirlo y dignificarlo, despues de haber utilizado una parte de su cuerpo.
Recuperar partes sobrantes de otras esculturas,viejos troncos, o arboles derribados sin causas justificadas que luego acabarán en el mejor de los casos en forma de leña, y en el peor en un vertedero de materiales inertes, (gran error, pues un árbol, jamas sera un material inerte), ha sido uno de mis objetivos en esta última exposición. La intervención mediante alambre o hierros tiene como fundamento, por una parte la expresión de la presencia humana en este trabajo, y por otra la utilización de estos materiales como herramienta reparadora, como si de una cirugía se tratase, para volver a poner en pie los trozos de madera trabajada, para así recuperar de nuevo la posición naturalmente erguida que debe mantener un árbol.