Como no podía ser de otra manera, LAPIEZA MUTA; tanto en su génesis como en su trayectoria siempre ha mostrado ese carácter dinámico y no podría ser de otra manera su final en la calle La palma, ¿Final?quizás sería mejor decir su comienzo en otro lugar, otro espacio, otro momento circunstancia, pero probablemente con el mismo espíritu, aunque es seguro, dado su carácter, que apenas nos demos cuenta de la metamorfosis que se está produciendo. Estos días, presenta la misma actividad febril o más,, si antes era un continuo trasiego de obras que cruzaban la entrada de este local, ahora es a la inversa, trasiego de obras que salen de LAPIEZA, en busca del reencuentro con sus autores; amén de la multitud de objetos personales que habrán de hacer el mismo recorrido, muchos de ellos buscando nuevas madrigueras o lugares donde reposar por un tiempo. En definitiva, un hormiguero que con sus huevos a cuestas busca otro nido donde alojarse.Suerte, mucha suerte para Anto, Esther y la trupe que les seguimos.
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