Al finalizar la exposición, me trasladaron de lugar llevándome al Museo de Escultura de Leganés a la espera de que llegaran las piezas grandes para realizar otra exposición en la plaza de entrada al Centro Saramago, allí tuve la oportunidad de ver otras obras muy diferentes a las que había conocido hasta entonces. En lugar de con árboles, la mayor parte estaban construidas con otros materiales, sobre todo y hierro y piedra. El lugar, era una pequeña placita que hacia de entrada del museo y de un pequeño edificio destinado a impartir algunos cursos de actualización, este espacio, como luego comprobaría era muy frecuentado por jóvenes alumnos que iban de paso hacia sus aulas. En aquel lugar me encontraba rodeado de varias piezas, se repetía la explanada del taller, pero con distintos y desconocidos personajes; frente a mi se mostraba sobre un pedestal unos bustos realizados en bronce; a mi izquierda, en un pequeño rincón cobijado por un esquinazo de piedra yacía otra pieza, esta de mármol y hierro y desde el lugar en que yo me encontraba se contemplaba inicio del camino que recorría el museo, este flanqueado cada poco por distintas esculturas a cual más rara, entonces descubrí que habría más gente dedicada a transformar los materiales, dándoles una nueva vida . !Qué cosa extraña esa !
Los domingos y días de fiesta, servían de escenario para inmortalizar un gran momento: Bodas, si , bodas, pues justo a la entrada se encontraba un restaurante -el Cebadero- en el que se celebraban ágapes para festejar los enlaces matrimoniales, allí llegaban con su vestido blanco ella, y su traje impecable él seguidos de una corte de familiares y amigos para hacerse su reportaje fotográfico y ponerse ciegos de comida y bebida - en cuantas fotos apareceré como testigo-. Como también fui testigo en una ocasión de las prisas que le entraron a un novio. Había casi anochecido, y una pareja que ya me había visitado a la tarde para hacerse sus fotos volvió a la placita. Tan solo la luna creciente iluminaba el lugar, ellos, ajenos a cualquier cosa y con notables efectos alcohólicos se abrazaban y bailaban al compás de la música que escapaba del lugar donde se celebraba la fiesta; en un momento dado, ella se soltó de su compañero de baile y se acerco hacia mi abrazándome,deslizaba sus manos delicadamente por mis sobresalientes caminos. El muchacho sacó un teléfono móvil y con el fotografió el momento, de pronto ella , descalzándose comenzó a subir con uno de sus pies por una de las escalerillas que me ascendían , poco a poco iban quedando al descubierto sus largas piernas cubiertas por unas medias blancas.
Los domingos y días de fiesta, servían de escenario para inmortalizar un gran momento: Bodas, si , bodas, pues justo a la entrada se encontraba un restaurante -el Cebadero- en el que se celebraban ágapes para festejar los enlaces matrimoniales, allí llegaban con su vestido blanco ella, y su traje impecable él seguidos de una corte de familiares y amigos para hacerse su reportaje fotográfico y ponerse ciegos de comida y bebida - en cuantas fotos apareceré como testigo-. Como también fui testigo en una ocasión de las prisas que le entraron a un novio. Había casi anochecido, y una pareja que ya me había visitado a la tarde para hacerse sus fotos volvió a la placita. Tan solo la luna creciente iluminaba el lugar, ellos, ajenos a cualquier cosa y con notables efectos alcohólicos se abrazaban y bailaban al compás de la música que escapaba del lugar donde se celebraba la fiesta; en un momento dado, ella se soltó de su compañero de baile y se acerco hacia mi abrazándome,deslizaba sus manos delicadamente por mis sobresalientes caminos. El muchacho sacó un teléfono móvil y con el fotografió el momento, de pronto ella , descalzándose comenzó a subir con uno de sus pies por una de las escalerillas que me ascendían , poco a poco iban quedando al descubierto sus largas piernas cubiertas por unas medias blancas.
- Más. más , -repuso el novio, con cara de abismo-
Ella, echando la cabeza hacia atrás entre calladas risas alocadas, entrelazo mi cuerpo con sus piernas, unas preciosas ligas blancas ribeteadas con una puntilla barroca hicieron su aparición, el vestido blanco caia en cascada desde el muslo hasta el talón de su pie dejando al descubierto aquella larga belleza pálida
El joven con la cámara en ristre, fue acercando poco a poco el foco hacia el lugar donde nacen ambas piernas, la respuesta de la joven no se hizo esperar y deslizó una de sus ligas hasta el tobillo, la extrajo lentamente y se la colocó a su novio a modo de diadema cerrando el gesto con un apasionado beso.
la camara rodo por los suelos, y es mas que probable que aquellas imagenes recogidas en un momento mágico solo queden archivadas en la memoria de la cámara y en la mia propia - amén de los protagonistas -
la camara rodo por los suelos, y es mas que probable que aquellas imagenes recogidas en un momento mágico solo queden archivadas en la memoria de la cámara y en la mia propia - amén de los protagonistas -
El resto de la historia - aunque muy suculenta- voy a obviarla por respeto a la intimidad de aquella pareja.
Por cierto, presenciar aquella escena no me dejo indiferente, note cierta tensión placentera sobre todo cuando la muchacha me abrazaba, ¿Estaría humanizandome?
El deseo de aquellos que nos dedicamos a estas extrañas cosas de la creación - por llamarlo de alguna manera-, es sin duda poder vivir de lo que hacemos, y andamos siempre, además de a la cuarta pregunta, escrutando la posibilidad de colocar alguna pieza, y si es a una institución, mejor , aunque tal y como están los tiempos, no se....-. "La casa del árbol" es una de esas piezas que siempre ha desatado cierto interés. En Benicassím hubo intenciones para que la pieza se quedara allí, pero al final , después de pasar varios años y al comprobar que la situación no avanzaba opté por traerla de nuevo. En La Cabrera también llegaron a cogerle mucho cariño pues recibía a la gente que entraba en el Centro y rellenaba un lugar que de otra forma quedaría desnudo, era evidente que ese lugar estaba hecho para esa pieza; por mi parte si me hubiera gustado que se quedara allí, pues es un lugar que siempre nos ha acogido de forma muy cordial .Aquí la cosa parecía ir en la misma linea y a decir por lo visto en esta ciudad si se adquirían esculturas; ya durante la inauguración de la exposición el encargado del área de Artes Plásticas me preguntó sobre la disponibilidad de la pieza así como su precio, en principio no le pareció mal y me comunico que iba a realizar gestiones para ver si el Ayuntamiento accedía a quedarse con ella, pasaron los días y me comunicaron que existía buena disposición pero que estaría bien realizar otra exposición con las obras grandes en un centro llamado Saramago, y que luego la llevarían de nuevo al museo como lugar definitivo.
Aquello sonaba bien, pero ese canto de sirenas ya me resultaba familiar, y normalmente luego...no pasaba nada; además en aquellos momentos la crisis ya había tocado nuestra puerta.....
Tuve que esperar aún un año la llegada de las piezas grandes para la exposición del Saramago
mi estancia en el museo no terminaba de agradarme y la cuestión es que no tengo muy claro la razón de aquellas sensaciones. No me habían tratado mal en aquel lugar, los visitantes del museo eran bastante formales, paseaban con tranquilidad por entre las esculturas, hacían sus comentarios - a veces incomprensibles - y respetaban el lugar . Incluso los chavales - ya algo mayores - que asistían a las clases y estaban familiarizados con nuestra presencia, nos ofrecían un buen trato . Con respecto a los compañeros, nada podía objetar, pues a pesar de no comprender su significado concreto, sentía una unión especial y el hecho de compartir otra nueva existencia, marcada por unos avatares muy distintos a los ritmos de la naturaleza . Por otra parte parecía ser que las obras pertenecían a autores bastante importantes en el mundo de la escultura, por lo que mi ego ascendió varios niveles. Aún así añoraba la naturaleza; en el fondo, existía una falta de identificación con el medio, me ahogaba recogido en esa pequeña placita, rodeados por muros y edificios en la que apenas durante unas pocas horas podíamos ver el sol., tan solo los ruidosos gorriones me ofrecían una pequeña ventana a mi preciado mundo.
En la exposición participamos la mayor parte de las piezas que ocupábamos la explanada del taller, ya nos conocíamos bien, pero descubrí un par de ellas nuevas que no había visto antes, -siempre que me ausentaba durante algún tiempo a la vuelta me encontraba con nuevas transformaciones sorprendentes, la familia crecía continuamente-. En este caso un recio tronco de Nogal abierto en dos que albergaba en su interior finamente pulido una bola de piedra al que llamaban "La perla del bosque" esta obra en concreto poseía una presencia mágica por su posibilidad de abrirse y cerrarse mostrando un espectacular contraste entre su exterior y su interior y un Cedro al cual se le había practicado un orificio vertical a modo de paso y que respondía como "La puerta del bosque".Todo árbol es en potencia la puerta de un bosque.
Según me comentaron el viaje no había resultado todo lo placido que esperaban, pues el acomodo en el camión a las ordenes de Ángel no había resultado fácil. Todavía recuerdo el incidente con el olivo, cuando una de sus ramas se hizo añicos a la entrada del garaje donde Ángel guardaba el camión.!Que bichos salieron de su boca! ahora cada vez que vislumbrábamos movimiento con el camión, nos echábamos a temblar. Me puedo imaginar el trajín de Ángel para meter todas las piezas en el camión, jurando y perjurando sobre los difuntos de cualquiera, intentando colocar de la mejor forma posible tanto tronco viejo.Pero en el fondo Ängel era un buen tipo, cordial,campechano y claro, tremendamente claro; el único problema es que no entendía estas cosas, le pasa lo que a mi, a qué viene tanto movimiento y tanta historia ¿Qué se persigue con semejante trasiego?
!Uff! vaya sitio este. La exposición se había llevado a cabo durante los meses de verano, y el sol nos castigaba muy duramente; los pequeños árboles que circundaban el lugar no podían proporcionarnos ni un ápice de sombra entre otras cosa porque eran árboles de ciudad, y por más que se esmeraban no alcanzaban el porte que en ellos seria característico Del suelo emanaba un tórrido calor que abrasaba las bases de hierro que nos soportaban. Nuestros cuerpos crujían cada día por la sequedad del ambiente, no se si realmente esta situación era una exaltación o un castigo. Sin embargo he de decir que salvo las horas centrales del día el lugar era bastante frecuentado, sobre todo por un público joven , que se acercaba al centro para participar de las múltiples actividades culturales que en él se realizaban, y que luego concluian desparramandose por el césped que bordeaba la explanada; el ambiente, más que ambiente se transformaba en ambientazo, el atardecer suponía un golpe de la juventud;.esto me recordaba cuando las bandadas de algunos pájaros se reúnen en un solo árbol entre chillidos alocados en espera de la hora de dormir, aunque estos jóvenes desafiaban en ese sentido la regulación del sueño establecida por la naturaleza.El lugar daba para mucho y nosotros resultábamos hieráticos y mudos espectadores de la representación que allí se llevaba a cabo cada atardecer.
Se habían ido todos de nuevo , recogieron las piezas y a mi volvieron a llevarme a la pequeña placita adoquinada del museo. Una tarde vino la persona que había realizado mi transformación, se acercó y me contemplo de arriba a abajo, alargó su mano y jugueteo en una de mis puertas.
- Creo que hay alguna posibilidad de que te venda.
Aquello no sabia muy bien lo que significaba, pero por su cara y el tono de la voz, no se me antojaba una buena noticia
- Si llego a un acuerdo es probable que a partir de ahora este sea tu lugar de residencia.
!A no! eso si que no, ya llevo aquí plantado demasiado tiempo , ya me ha visto mucha gente y quiero volver al campo
-Realmente me cuesta dejarte., Cuando emprendo una pieza comienza una transferencia de emociones y de pensamientos hacia el árbol que trabajo y dejo que él me cuente sus historias, mientras dura la tarea se van generando vínculos invisibles entre él y yo y al final intercambiamos parte de nuestras almas, que es en el fondo lo que realmente nos dice si una pieza es buena o mala, el sentir la presencia de su alma.
Mientras hablaba, no dejaba de trepar con sus dedos por las escalerillas, ahora rápido, ahora solemnemente ,primero un dedo, después el otro.... tocaba las puertas pidiendo paso, intentando franquearlas e introducirse dentro de mi cuerpo.
-A veces pienso en el sentido que pueda tener todo esto, crear algo que pertenece en sí mismo a mi mundo interno, exhibirlo, y posteriormente venderlo,¿ vender una parte de mi?
Hacia rato que ya no le seguía el hilo, en primer lugar porque no acababa de entender ni un carajo lo que decía y en segundo lugar el trasiego de sus dedos por mi cuerpo había desatado en mi unas terribles cosquillas que de ninguna manera podía manifestar, el tema es que el panorama estaba feo y que me veía ya aparcado para siempre en este lugar, que aunque no era un sitio desagradable ,como ya he dicho antes, no era en manera alguna el lugar que yo elegiría para pasar el resto de mis días
Dos años más tarde, por sorpresa, sin esperarlo, un camión se acerco al museo, un joven fornido que hacia las funciones de Ángel y a quien nunca antes había visto me colocó en la caja con una soltura insultante; me arropó con unas mantas mimosamente y emprendimos viaje. No comprendía nada, todo sucedió demasiado deprisa, no había percibido comentario alguno por parte de nadie que se hubiera acercado a mi y no podía imaginar en manera alguna mi próximo destino.Mi preocupación iba en aumento, recordaba la tarde en que me había anunciado mi posible venta, ahora comenzaba a entender realmente el significado de aquello, me sacarían de mis rutinas, de mi entorno, de mis compañeros, ...de mi Ángel.
Fue una bocanada de aire nuevo la que me hizo volver en mi y cambiar los presagios, aquello me olía conocido, poco más tarde alcancé a distinguir el perfil de unas montañas, eran las que rodeaban la explanada del taller, súbitamente reaccione, incluso inútilmente intenté incorporarme para comprobarlo. todo se confirmó, cuando nos desviamos de la carretera y el paisaje comenzaba a resultarme familiar, acojedoramente familiar. Llegamos nuevamente a la explanada del taller allí estaba esperándome mi transformador, me bajaron, retiraron las mantas que me rodeaban y comprobaron minuciosamente el estado en el que me encontraba; con suavidad entre los dos me auparon colocándome en el lugar donde solía estar durante los tiempos que allí pasaba .El aire puro se incrustaba en todas y cada una de las partes de mi cuerpo, el cielo volvía a ser cielo y el paisaje abierto se convertía de nuevo en mi portal favorita.
Fue una bocanada de aire nuevo la que me hizo volver en mi y cambiar los presagios, aquello me olía conocido, poco más tarde alcancé a distinguir el perfil de unas montañas, eran las que rodeaban la explanada del taller, súbitamente reaccione, incluso inútilmente intenté incorporarme para comprobarlo. todo se confirmó, cuando nos desviamos de la carretera y el paisaje comenzaba a resultarme familiar, acojedoramente familiar. Llegamos nuevamente a la explanada del taller allí estaba esperándome mi transformador, me bajaron, retiraron las mantas que me rodeaban y comprobaron minuciosamente el estado en el que me encontraba; con suavidad entre los dos me auparon colocándome en el lugar donde solía estar durante los tiempos que allí pasaba .El aire puro se incrustaba en todas y cada una de las partes de mi cuerpo, el cielo volvía a ser cielo y el paisaje abierto se convertía de nuevo en mi portal favorita.
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Por lo que tengo oído esta nueva existencia puede ir para rato, pues creo que hay árboles transformados que tienen ya de esa forma tres mil y pico de años, y que cuentan verdaderas historias increíbles sobre los humanos. Quien me iba a decir a mi que resultaría cierto eso de "mudo testigo de la historia"
Este relato se debe a dos circunstancias, la primera, que el invierno ha sido largo y persistente, es más, ahora mismo está nevando a últimos de abril, con un frío que te cagas y la otra, es que "La casa del árbol" se ha empeñado en viajar, recordándome constantemente este asunto, y está convencida de que en algún momento recalará en el jardín botánico de Oviedo o en el de Barcelona, quizás a la búsqueda de un destino definitivo. !Que cosas tiene este Árbol!
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