sábado, 27 de abril de 2013

Me llamo Ailanto y soy un árbol de los Dioses V -Leganés -


Algunos días  acertaba a ver como pasaba Ángel con su camión por la carretera, al principio cada vez que le veía  pensaba que vendría a recogerme, luego con el tiempo me fui acostumbrando a su ir y venir, por aquel lugar, contemplaba como se alejaba y entonces volvía a mi realidad, . Ciertamente,  ya se me estaba haciendo larga la estancia allí  deseaba volver a la paz y tranquilidad de la explanada del taller,recuperar los dias en si mismos,escuchar el silencio de los pájaros y olvidar por un tiempo el trasiego de las personas que van y vienen, aunque  me resultase curioso observar el quehacer humano,siempre tan predecible y a veces absolutamente ilógico, lo cierto es que a pesar de todo ello comenzaba a sentirme bastante solo, ¿Que pintaba allí?. La mayor parte de las  existencias  poseen una finalidad pero yo no encontraba la mía; esa  transformación de ser vivo en objeto no terminaba de asimilarla., ahora me encontraba más cerca del mundo de los humanos,pero tan solo como un mero observador.

Contacte con el área de cultura de Leganes, y les propuse una exposición, sabia que esa localidad era muy sensible a la disciplina escultórica, no en vano muchas de sus rotondas estaban adornadas con grandes piezas y poseían un museo de escultura muy interesante, además otros colegas me habían comentado el interés de esta localidad por la escultura, lo cierto es que no es frecuente esta actitud en los distintos municipios de España salvo algunas excepciones, a pesar de ser una manifestación artística muy integrable en el urbanismo de una ciudad. Pronto llegamos a un acuerdo y pusimos fecha a la exposición, pero antes querían conocer un poco más mi trabajo.
Visitaron mi taller dos personas del Ayuntamiento, para ver mas detalladamente mi obra y comprobar el alcance de la exposición, les comenté que me gustaría refundir varios temas y ofrecer otra mirada para con los árboles, de hecho ese iba a ser finalmente el titulo de la muestra. "Otra mirada". La pretensión era intentar que el observador profundizase sobre el concepto de árbol, aportándole distintas lecturas del mismo . en principio el observador de una ciudad, tiene poco claro el concepto de árbol, como lo tiene el de vaca, conejo, o tomatera,; los jóvenes  apenas han conocido la naturaleza en su estado original  o al menos poco modificado, piensan que un árbol es un palo clavado en el suelo, que mide aproximadamente tres metros y que no sirve para nada, salvo para quebrarlo por la mitad, pensar que hay miles de especies distintas con sus particulares características de color, forma, olor etc les queda muy lejano,y menos seguramente las posibilidades simbólicas que puede adoptar. Por todo ello, pensé en la selección de  varias piezas de distintas exposiciones y mostrarlas como un conjunto de otras posibles miradas. Dadas las medidas de la sala, llevaría siete u ocho piezas medianas y otras tantas pequeñas;, al margen de estas en un pequeño espacio contiguo les propuse realizar una pequeña instalación .
Carmen - creo que se llamaba- y Enrique quedaron bastante satisfechos de la visita, y aprovechando que estábamos cerca, nos acercamos a La cabrera para ver" la casa de árbol", pues la conocían por fotografías  pero estaban interesados en verla. 
Carmen y Enrique, se miraron, contemplaron la pieza unos momentos y,volvieron a mirarse  sonriendo.
-Yo creo que deberíamos llevarla -comentó Enrique-
Ella daba vueltas en silencio alrededor de la obra siguiendo con su mirada el laberíntico trazado.
-Es contundente - apostilló Enrique -
-El problema, es que no cabe en la sala
-Mmmm..... Mira , podemos colocarla en el exterior, en la acera, podría servir de llamada de atención para la exposición.
- La pena, es que no podamos contar con las piezas grandes.
- Bueno, podemos llevar "La casa del Árbol" ahora, y plantearnos otra exposición con las piezas grandes en la explanada del Saramago para el año que viene - concluyo Enrique -
-Me gustaría, me gustaría mucho, esa explanada parece estar pensada para una buena exposición de esculturas y nunca se ha utilizado en ese sentido, podríamos intentarlo.
Yo escuchaba atentamente la conversación, hay veces que persigues una exposición durante bastante tiempo costandote mucho esfuerzo sacarla adelante y en cambio en otras ocasiones te surgen dos sin pensarlo en un momento. Ciertamente me sentía satisfecho.

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En aquellas fechas, se celebraba algo sobre la Mujer, y al mismo tiempo se sucedían noticias sobre su situación  en algunos países musulmanes, aquello me animó a realizar un montaje en una pequeña sala anexa al lugar donde se iba a desarrollar la exposición.era un pequeño espacio de unos 6 o 7 metros cuadrados, toda pintada de negro con una sola bombilla de luz amarillenta.  La pieza centro de la intervención se denominaba "Burka", y era una alusión a la infame situación en la que se encuentra la mujer en estos países  anulada, enrejada, silenciada...Esta pieza consiste en dos aperturas longitudinales en forma de vagina sobre un tronco fálico,de Cedro, estas vaginas se encuentran cosidas con alambre ;. alrededor de ella y en cada una de las paredes de la pequeña sala se situaban una serie de fotografías  que ofrecen la terrible visión de seres humanos, mujeres,encerradas en una jaula de tela




             



         






!Oh! Leganés, la ciudad, aquello si que era otra cosa, nunca había visitado una ciudad grande, pues ni Benicassim ni la Cabrera tenían la suficiente magnitud como para mostrar la supremacía absoluta de lo humano frente a lo natural. Me llamó poderosamente la atención la situación en que se encuentran mis congéneres,  resulta endiablada, les asfixian literalmente dejándolos tan solo un palmo de terreno , les cortan las ramas produciéndolos unas terribles heridas de difícil recuperación, o los aíslan en grupos en lugares un poco más amplios llamados parques donde el terreno a fuerza de ser pisado se comporta de igual manera que el asfalto; no pueden crecer ni desarrollarse con normalidad, de ahí, que casi nazcan enfermos, crezcan¿? enfermos y mueran torturados a temprana edad. Si hay algo que defina una ciudad, es su antinaturaleza ;considero que cada ser vivo de la naturaleza cumple una función,de manera que todos nos encontramos ligados formando una gran unidad, pero el ser humano crea cosas y más cosas invadiendo alocadamente y sin ningún sentido los espacios que ocupa, de tal forma que resulta extraño encontrar distintos seres que no sean humanos, no se ven animales, salvo perros y furtivos gatos, no hay apenas aves tan solos los gorriones y las palomas con múltiples malformaciones se han adaptado a estos lugares,, ¿insectos?, moscas y hormigas, ¿donde encaja la biodiversidad en la ciudad?. El ser humano construye, construye mucho y de todo, la mayor parte de esta producción es inútil  y no se da cuenta, de que para construir su mundo fantástico  destruye otro mundo mucho más completo porque es mucho más rico en diversidad., al final !que tristeza ! un mundo poblado solo con humanos.





La gente se extrañaba al verme, -yo también al verles a ellos, para que les voy a mentir - no se si por mi aspecto o porque ocupaba un lugar que no me correspondía; cierto es que el lugar elegido para exponerme se encontraba en medio del paso, en la acera de una amplia avenida, fuera de la sala donde se encontraban  el resto de esculturas . Había mucho transito, era un lugar bastante concurrido pues justo al lado se encontraban una biblioteca y un teatro lo que significaba que en algunos momentos del día resultaba un lugar muy concurrido.Gente mayor, con peinados y ropas de mayores, con lenguajes y pensamientos de mayores, que me miraban retirando la cabeza hacia atrás, con  pose de observador interesado; en otros momentos jóvenes, siempre inquietos, siempre en movimiento, mirando con desfachatez, ofreciendo juicios y pensamientos a risotadas, inmortalizándose con la lengua fuera y muecas desorbitadas mediante sus teléfonos móviles, aparatos estos, que por lo que veo va muy unido a ellos y luego los transeúntes , las gentes de paso que vaiveneaban por la avenida, mujeres con carros, hombres con maletines y trajes, niños con patines, perros meadores de esculturas....  Si, he observado, que aquí las personas corren más,caminan acelerados, no tiene comparación con el Centro de la Cabrera ni con el paseo marítimo de Benicassim donde las personas paseaban con mucha más tranquilidad,quizás saboreando sus pasos; da la sensación de que siempre llegan tarde a algún lado o que les persigue alguien, hay personas, que han llegado a tropezar conmigo como si sus pensamientos nublaran su visión y yo no existiera. - solo faltó que me pidieran disculpas y que prosiguieran su camino-.






Una noche, un grupo de chavales que seguramente vendrían de fiesta se pararon alrededor mía , comenzaron a juguetear por mis escaleras, y caminos. A pesar de haberme puesto la chapa de hierro en la base, comencé a tambalearme de forma peligrosa, rápidamente varios de ellos echaron mano a mi cuerpo estabilizandome; uno de ellos, al ver la situación controlada, comenzó a trepar, - nada que ver comparado con los niños- mientras el resto me sujetaba y las chicas hacían un corro expectantes ante tal hazaña.  Subió hasta donde nadie antes había osado llegar, hasta la parte más alta, y una vez allí, colocó sobre mi una lata de Coca-cola entre los aplausos y risas de sus colegas; no contento con eso, según descendía, sacó de un bolsillo un rotulador y fue marcando con él un camino descendente hasta llegar al suelo, enseguida hubo un pequeño tumulto donde se disputaban el rotulador en cuestión. Al final acabé tatuado en numerosos lugares. Nunca me había sentido tan humillado, sin duda esta era otra de las facetas que me ofrecía la ciudad.
A la mañana siguiente el vigilante jurado de la sala salio a fumar un cigarro, se acercó a mi y se percató de lo  sucedido, su semblante cambio por completo, miro hacia ambos lados como queriendo descubrir quien había sido el autor de tal desaguisado, pero obviamente  tan solo fue un acto reflejo, no encontró a nadie con un rotulador en la mano; sacó su teléfono y comunicó con alguien entre gestos elocuentes. Pasado un rato llegaron varios hombre de uniforme, tras intercambiar opiniones y después de escuchar al responsable de la exposición consideraron que la mejor opción era retirar la escultura de la acera y cobijarla en el recinto de la biblioteca, el cual contaba con unas verjas que se cerraban por la noche.
Ya comenzaba a ver común aquello de tumbarme y ser trasladado entre varias personas como si de un enfermo de UVI se tratase;  sobre todo me gustaba ver las caras de esfuerzo de los porteadores y como miraban obstinadamente el punto de destino ; lo cierto es que yo no lo pasaba tan mal como querían expresar sus rostros.
No obstante y a pesar del incidente, - propio de chavales por otra parte- no me puedo quejar del trato recibido por los viandantes, la mayor parte de ellos simplemente me miraban unos momentos, comentaban algo, y reemprendían su camino. Así es que allí, viviendo una nueva experiencia entre rejas permanecería hasta concluir la exposición.









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